Fue un modelo que tuvo como objetivo impulsar un sistema agrario y productivo bajo el modelo norteamericano, llamado agricultura industrial, se trataba de los comienzos de una agricultura de energía y capital-intensivo, asociada a innovaciones tecnológicas desarrolladas en otros campos. Esta agricultura intensiva utiliza materias externos como aceites, fertilizantes inorgánicos, semillas híbridas, maquinaria, equipos y pesticidas. Las modernas agroindustrias, tanto las distribuidoras de estos insumos como aquellas que van a procesar sus productos, adquieren una importancia sobresaliente en el conjunto de la producción, constituyendo contingentes cada vez mayores del procesamiento industrial con relación a la materia prima originaria. Surgen en esta nueva etapa las grandes empresas agroalimentarias, las que pronto se transformarán en las transnacionales y en los agentes esenciales de los procesos de globalización.
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